Pocas horas después de que su hogar fuera demolido por los bulldozers de Israel, Khaled Abdallah Ali Ghazal parado en medio de los escombros de su hogar nos dice: «No tenemos otro lugar donde ir, reconstruiremos nuestra casa». Esta es la realidad diaria de cientos de personas en el Valle del Jordán.
El Valle del Jordán es una región que atrapa el interés de viajeros y peregrinos por su historia bíblica de tierra fértil, el área disfruta de abundante agua, la tercera parte del agua de la que dispone Cisjordania se encuentra en las napas del Valle del Jordán. Sin embargo, esta humedad natural es confiscada, drenada y monopolizada por el estado de Israel para el uso exclusivo de las colonias. Así es como las colonias ilegales disfrutan de todos los beneficios, de jardines, piscinas y plantaciones con irrigación y los poblados palestinos tienen que luchar para obtener los mínimos recursos de agua, salud y educación, todos negados por la ocupación ilegal y dominante de Israel. Esta ocupación no ha cesado de expanderse. Lo hace todos los días.