Dos pozos de agua fueron destruidos por las Fuerzas de Ocupación el día 14 de noviembre en el pueblo de Baqa’a, al este de Tammun. Los pozos eran utilizados para irrigación de un área amplia de tierras agrícolas palestinas. Cientos de familias viven de la producción de estas tierras que están dentro de la Zona B según los Acuerdos de Oslo.
Se trata de una franja anchísima de tierra fértil que pertenece a la gobernación de Tubas y Tammun. La colonia ilegal Beqa’a adoptó de manera arbitraria el nombre histórico de la villa palestina que ya fue borrada de los mapas de UNOCHA. En 1972, se había establecido que la población del lugar era de 152. Desde entonces Israel ha confiscado la mayor parte de la tierra y los recursos de agua para proveer a sus colonias.
Hoy día Beqa’a se encuentra aislada por dos largos terrapelenes de separación construidos como bardas de defensa -muros- por Israel. El movimiento es restringido y se supone que Isarel debe abrir las tranqueras que permiten el paso de los pobladores palestinos encarcelados en su propia tierra, 3 veces por semana. Esto no sólo es ilegal desde el punto de vista de la legislación internacional, sino que es una manera de emujar a los palestinos a resignarse a abandonar sus raíces.
17 órdenes de demolición fueron entregadas a las comunidades de Hamsa y Al hadidiya el pasado domingo. Ambas áreas poseían tierras y recursos de agua confiscados y robados por Israel.